viernes, 30 de enero de 2009

Las canciones cambian


Este fin de semana, en el cumpleaños de un amigo, descubrí algo realmente impactante.

Conversaba con un amigo, no recuerdo ya sobre qué, tal vez temas de interés científico como la inmortalidad del cangrejo o la masturbación del protozoo. Aunque por otro lado, si no lo recuerdo no debe haber sido tan importante, solo frases inconexas y algo de que había descubierto la fusión en frío o alguna vanalidad semejante.
Obviamente la conversación iba acompañada de uno que otro bebestible, que como conversador responsable siempre debemos tener a mano, no vaya a ser cosa que se nos seque la garganta.

El descubrimiento en realidad no se debió a la conversación, sino al motivo por el que esta fue interrumpida. Aburrido de lo bailable tal vez, quien estaba a cargo de la música decidió poner el tema "La Guitarra" de Los Auténnticos Decadentes (Mi Vida Loca, 1995) -Debo aclarar en este punto que dicha canción representó casi un himno para toda la generación que en ese entonces, 1995, se encontraba en el colegio; generación a la cual pertenezco yo y casi todos los presentes en aquel cumpleaños.

El punto es que la canción, como correspondía, no pasó desapercibida e interrumpió la conversación ya que al menos todos los hombres presentes nos lanzamos a la pista dando saltos y pretendiendo hacer algo que quedo a medio camino entre bailar ska y una ceremonia ritual de orangutanes borrachos. Porsupuesto, este pseudoritual se viene haciendo desde la época en que la nombrada canción/himno era tocada en la radio y hasta entonces no recordaba haber tenido problemas con ello. ...Pero el descubrimiento comenzó a develarse a continuación:

A los primeros tres o cuatro saltos, que acompañan el comienzo de la primera estrofa, los kilos que día a día se van sumando a mi cada vez mas expandida anatomía se hicieron notar.

A la mitad del primer coro, los precedentes dos días de carrete y el viaje en bus que mediaba entre estos y el cumpleaños presente comenzaron a manifestarse en la velocidad de mis movimientos.

Comenzando el segundo coro, la cerveza almacenada en mi cada vez más sensible tonel interno, decidió entrar en acción e influir directamente en la altura que lograban mis saltos.

Ya para entonces en mi cabeza comenzaba a maquinarse una secuencia de preguntas y respuestas relacionadas a aquella extraña nueva experiencia en la que me veía involucrado no sólo yo; ya que por lo que veía, también lo estaban mis amigos alrededor.

Finalizando el segundo coro, nosotros mirandonos unos a otros, siguiendo el ritmo con la cabeza mientras permanecíamos en el mismo lugar de hace 10 segundos atrás, llegó la claridad a mi mente.

Acababa de hacer un descubrimiento sorprendente. Traté quizás de ponerlo a prueba pero algo me decía que no era necesario, que todo estaba ahí suficientemente obvio como para ser malentendido.

Fue así como descubrí...

Que las canciones de antes, ahora...
son más largas


Cuesta creerlo, lo sé, pero algunas cosas no se cuestionan; sólo debemos aceptarlas.



El video original, que sólo dice durar menos de tres minutos y medio.
...

lunes, 5 de enero de 2009

Chilensis Linguae: La falacia del Huevón


Aclaración (y declaración): Huevón NO significa amigo.



En Chile se ha especulado demasiado, casi hasta el convencimiento, sobre la supuesta “incorporación” de la palabra huevón al diccionario de la Real Academia Española, su etiquetado como chilenismo y su teórica significancia “amigo”.

Comenzaré corrigiendo la mencionada palabra, que en ningún caso debiese ser adjudicada como propia chilena, desde su correcto y panhispano Huevón, a su coloquial e inconfundiblemente chileno (la pronunciación sí nos es propia) Güeón. Hago esta adaptación escrita con el fin de utilizar la palabra en su más común y entendible fonética. Además, servirá para diferenciarlo del ya popular “Won” que no es más que un pobre recurso gramatical, propio del lenguaje de mensajería instantánea, y el cual no puede estar más alejado de nuestra particular pronunciación para la palabra en cuestión.

¿Por qué con “Gü” y no con “W”? Simplemente por que nuestra fonética chilensis tiende a utilizar el fonema “gu” donde en realidad el grafema es otro, ya sea como sustitución de “hu” (Ej: Guaso, Güemul) e incluso -para mayor prueba de lo inapropiado del won- como sustitución de una “w” (Ej: kigüi, güisky).


Volviendo a la falacia creada sobre el significado de güeón, lo primero que debemos aclarar es que la palabra NO fue recientemente incorporada a la RAE, sino que siempre ha estado (o tal vez no siempre, pero sí de hace bastante tiempo). Y la definición que se puede leer es la siguiente:

huevón, na.

1. adj. vulg. perezoso (tardo). U. t. c. s.

2. adj. despect. vulg. imbécil (alelado). U. t. c. s.

3. adj. Hond. y Nic. Animoso, valiente. (RAE)

Como pueden apreciar, la palabra está, pero no aparece chilenismo alguno.

Ahora, dejando a un lado el diccionario, viene el asunto sobre la significancia y el uso de la palabra en nuestra lengua chilensis.

¿A quién diantres se le ocurrió semejante absurdo de que en Chile güeón significa amigo?

En chile el “güeón” se ocupa amplia y constantemente en nuestro cada vez más reducido léxico. Lo usamos comúnmente para conversaciones informales, pero a más de alguno se le ha escapado en alguna importante reunión y no ha sido tan mal mirado. Esto, porque el “güeón” ha sabido instalarse en nuestra cotidianeidad y ya todos, admitámoslo o no, lo hemos aceptado. Pero en ocasión alguna habremos utilizado esta locución como sinónimo de “amigo” y es que para este fin, en Chile ya tenemos epítetos clásicos como “compadre”, “socio” o “hermano” y algunos otros apelativos entre los cuales se cuentan los diminutivos de los anteriores (compadrito, socito, hermanito) utilizados comunmente en un léxico de estrato más bajo que el de sus neutros.

Por otro lado la sustitución de "amigo" por "güeón" nos parecería, incluso a nosotros, una incongruencia; nadie en Chile diría frases como: “Fui a jugar con mis güeones”; “Tú eres mi mejor güeón”; “¿Somos o no somos güeones?” o “Ellos son muy buenos güeones”.

Si en realidad fuese así, habría que dar gracias porque la famosa serie estadounidense no se hubiese traducido en Chile. -Y a continuación por Warner Chanel…"Güeones"...-

En cambio, "güeón" es utilizado en Chile al menos de tres formas socialmente aceptadas y distinguibles:

  • Sujeto: Expresarse de un ser, reemplazando en este caso a la segunda y tercera persona pero no a objetos (en los objetos se utiliza el vocablo “huevada”, que analizaremos en otra oportunidad). De este modo la frase podría constituirse, por ejemplo, de las siguientes formas:

Oye tú/Oye güeón; Un tercero/Un güeón; Este individuo/Este güeón; etc.

  • Adjetivo (des)calificativo: Emitir un juicio de cualidad sobre alguien a quien también podríamos llamar como estúpido, imbécil, retardado, etc.

Puta que erí’ güeón; Fuí muy güeón; ¿Este es güeón o se hace?

  • Indicativo o referente: Para finalizar una frase y dar a entender a nuestro interlocutor que nos dirigimos a él:

Te cuento güeón (a ti), el otro día fui a (…) y eso po’ güeón (te sigo hablando a ti), me cachai güeón (si tú me entendiste), la media volaíta güeón (sigo hablando contigo)

Según lo anterior, difícilmente en Chile alguien entendería correctamente el significado de frases como:

Agrupación de güeones de los animales

"Carabineros de Chile, un güeón en el camino"

o

“Tu eres mi hermano del alma, realmente un güeón”

Pero en cambio, nadie cuestionaría o manifestaría dificultad en comprender el significado de la siguiente expresión:


¡Puta el güeón güeón, güeón!